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Es jueves de Rocío. Muchas hermandades deberían estar surcando los caminos. Entre ellas, Bonares, que no podrá acudir como cada año a la romería de Pentecostés. Desde el Ayuntamiento, han querido mostrar su apoyo a todos los rocieros ‘de corazón’. «El ver tantas lágrimas en los ojos compruebas la fe que tiene este pueblo», ha manifestado la concejala de Festejos, Yolanda Ramos.
Pero, como si fuera un Rocío normal, la hermandad bonariega celebra su misa de romeros. Una celebración en la que tiene presente a las víctimas de la pandemia, como muestra el crespón que lucía el simpecado primitivo de esta filial esta mañana.
Es también un día raro y a la vez especial para el hermano mayor, que, como otros tantos, no podrá cumplir su sueño este 2020, pero tiene un año por delante para poder vivirlo. «Es una satisfacción saber que, al menos, el año que viene podré llevar mi simpecado hasta Ella», ha indicado el hermano mayor de este año, Fernando Martín.
Esta hermandad tiene puestos sus ojos en la Blanca Paloma, a la que pide que pase cuanto antes esta pesadilla, y poder estar todos juntos el próximo año para poder celebrar una nueva romería.
