Se ha hecho esperar pero ya está aquí. La bicampeona del mundo de bádminton, Carolina Marín recibió ayer todo el calor de sus paisanos que acudieron en masa para felicitarla y mostrarle todo su cariño. Un amor correspondido que la volantista onubense no dejó de reconocer y agradecer en todo momento.
En el Salón Mudéjar del Ayuntamiento de Huelva no cabía un alfiler y es que las ganas de recibir a la deportista estaban contenidas desde hace más de un mes debido a los compromisos profesionales que no le habían permitido volver a su tierra hasta ahora. Sin embargo, la espera mereció la pena y la exitosa volantista se cubrió ayer de multitudes. Fue el momento también de agradecer que el Palacio de Deportes de la capital onubense vaya a llevar su nombre, así como la iniciativa que ha tenido el Club de Bádminton IES La Orden al proponerla como Premio Princesa de Asturias de los Deportes. Una propuesta a la que se sumó Ignacio Caraballo, en nombre de la Diputación de Huelva, que aprovechó para regalar a la campeona una colección de pinturas de los marineros descubridores, realizadas por el artista onubense Juan Carlos Castro Crespo.
No obstante la celebración será corta y Carolina volverá pronto a los entrenamientos. El trabajo no puede cesar y el futuro de la que es considerada como la mejor deportista onubense de todos los tiempos es más que prometedor. Las Olimpiadas de Río de Janeiro son un sueño que está cada vez más cerca y ella, aunque tiene claro que va a por todas, es comedida y prefiere ir paso a paso.
La «carolinamanía», como lo llaman muchos, no ha hecho más que empezar y gracias a ella el deporte onubense está cada vez más alto.