La Refinería La Rábida y la Planta Química Palos, los dos centros industriales de Cepsa en Huelva, realizaron una inversión total de 116 millones de euros en el año 2015. Esta cantidad corresponde a la realización de proyectos relacionados con la mejora de la seguridad, el medio ambiente, la eficiencia energética y el mantenimiento de la capacidad de producción.
En la Refinería La Rábida ha destacado el proyecto de mejora energética llevado a cabo en la planta de Combustibles 2, que ha permitido no solo reducir el consumo de combustible, alrededor de 7.400 toneladas al año, optimizando el Índice de Eficiencia Energética y, por tanto, reduciendo los costes de fabricación, sino también, desde un punto de vista ambiental, ha propiciado la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Dentro de los proyectos llevados a cabo en la refinería, otro de los más destacados ha sido la instalación de un nuevo Sistema de Control Distribuido en la planta de Combustibles 1, que aporta mayor seguridad en el control del proceso.
Por su parte, una de las inversiones más importantes realizadas el pasado año en la Planta Química Palos ha sido el proyecto de reconfiguración de la red de vapor, con nuevos colectores y equipos. El vapor aprovechado gracias a este proyecto, ha reducido en torno al 10 por ciento la emisión de gases de efecto invernadero al año; esta cifra equivale a la retirada de la circulación de unos 7.660 vehículos.
2015 fue también el año en que se llevó a cabo una importante inversión en el pantalán “Reina Sofía”. Se trata de la instalación de un sistema pionero de carga y descarga de productos petroquímicos en el Puerto de Huelva, que fue desarrollado por Cepsa, y que da solución a los tradicionales problemas de demora y ocupación en los muelles, asociados a este tipo de operaciones.
Combustibles 1 y 2
La planta de Combustibles 1, puesta en marcha en 1967, tiene una capacidad de refino de 5 millones de toneladas al año y en ella se fabrican productos energéticos comerciales.
La Planta de Combustibles II, que se puso en marcha en abril de 2010 con una capacidad de destilación de 4,5 millones de toneladas anuales de petróleo, fabrica productos energéticos, como el queroseno y el gasóleo, y materias primas que se destinan a otras unidades de la refinería. Su unidad más importante es la de Hydrocracking, que maximiza la producción de gasóleo de automoción de la Refinería.