Chucena vivía la espera del Adviento con el sonido de sus Pastores. Voces masculinas graves que avisaban de la cercanía del nacimiento de Jesús con sus villancicos populares y otros creados.
Este año, la limitación de reuniones por el peligro que supone para la propagación del virus ha arrebatado a los chuceneros la oportunidad de escuchar estas voces en directo. Pero su eco afortunadamente no ha desaparecido, aunque sea con un altavoz.
Chucena recuerda este sonido con esperanza, y también algunas tardes se reproduce la música de este coro acompañado de los típicos instrumentos navideños. Porque sus vecinos se resisten a perder la magia y la ilusión de la Navidad a pesar de la situación.
El año que viene, en las frías noches de invierno, con los pequeños en la cama, acostados pero despiertos, el sonido de los Pastores volverá a llenar de alegría las calles de la localidad.