La flauta y el tamboril vuelven a sonar para la Hermandad del Rocío de Chucena.
Los rocieros de Chucena han disfrutado un año más de su tradicional peregrinación, donde disfrutan en convivencia de la devoción rociera caminando hasta las puertas del Santuario.
Mayores y pequeños vuelven a estremecerse al repique de las campanas que anuncia la llegada de Chucena a las plantas de la Señora. Todos a una para vivir momentos que quedan en la retina para siempre.
El sentimiento rociero une a los chuceneros en torno a esta peregrinación que hace que la devoción de todo un pueblo representado en su Simpecado vuelva a encontrarse bajo la mirada de la Reina de las Marismas.