La provincia de Huelva cuenta desde esta semana con un hospital menos. El Blanca Paloma de la capital ha dejado de funcionar como tal y ha cerrado el área de Urgencias y los quirófanos, según han confirmado fuentes sindicales.
A partir de ahora sólo funcionarán algunas consultas de especialistas pero, en el sector sanitario, existe un notable pesimismo sobre la continuidad de dicha actividad.
Se trata de la crónica de un cierre temido y esperado. Y es que el hospital, propiedad de la empresa José Manuel Pascual y que en los últimos años ha estado concertado con la Junta de Andalucía, ha padecido una larga agonía provocada por diversas circunstancias.
Una situación que contrasta con la de otros centros privados de la capital que gozan de muy buena salud en estos momentos debido, en gran medida, a las carencias que padece la sanidad pública.
Las fuentes consultadas han señalado que a la plantilla del Blanca Paloma, de un centenar de trabajadores, se le ha ofrecido la posibilidad de trasladarse a otros centros que gestiona la empresa, entre ellos el Virgen de la Bella de Lepe.
Sin embargo, este centro, que fue abierto el pasado año, tampoco goza de una situación que garantice su actividad por mucho tiempo, según se asegura en el sector.