El sindicato CSIF ha protagonizado esta mañana una concentración de protesta en el acceso de consultas externas del hospital Juan Ramón Jiménez ante la saturación y el deterioro de los servicios de Urgencias que, según esta central sindical, está empeorando “de forma preocupante”. La última situación que ha puesto de relieve “el colapso” de las Urgencias fue la pasada campaña de Navidad donde quedó patente, una vez más, “el peligro que supone para los pacientes por el tiempo que tienen que esperar para ser atendidos”.
Según estimaciones de CSIF, las esperas son de cinco horas si el caso no reviste gravedad, pudiéndose incrementar hasta nueve o diez en fines de semana, vacaciones o en momentos específicos de brotes de enfermedades como la gripe. Estas demoras también se extienden a las pruebas diagnósticas que tienen que realizarse en Urgencias como análisis de sangre o radiografías. Para pacientes más graves esas esperas son de entre 1 y 2 horas (a excepción de los casos críticos que son atendidos de forma inmediata).
Es habitual, por otra parte, encontrar pacientes en los pasillos o camas que se hacinan en habitaciones que el hospital utiliza mientras los enfermos están en observación o esperando resultados. Estos habitáculos no están acondicionados para los pacientes pero, ante la falta de sitio, se utilizan como dependencias auxiliares.
Otro de los problemas que CSIF ha vuelto a denunciar en la concentración es el tiempo que transcurre desde que se decide el ingreso de un usuario hasta que puede ser subido a planta. “Si no hay camas, las habitaciones están ocupadas y no hay disponibilidad, los pacientes tienen que esperar horas hasta que pueden ser trasladados”, ha subrayado César Cercadillo, responsable provincial del sector de Sanidad de CSIF. “No entendemos cómo la Dirección Gerencia del hospital no pone a disposición de los pacientes todos los recursos a su alcance. Una vez más priman el ahorro, el coste económico por encima de la calidad en la asistencia”.
“A estos directores -ha insistido Cercadillo- nos les importa la salud de los onubenses, únicamente están pendientes de la cuenta de resultados y de minimizar costes como si se tratara de una transacción comercial. Estamos hablando de la salud, de la sanidad pública, y únicamente cuando ocurre alguna desgracia bajan de los despachos y le dan a las Urgencias un lavado de cara hasta que se vaya diluyendo la noticia y, de nuevo, volvemos al caos y la saturación de los servicios”. Actualmente, hay 27 profesionales por turno en las Urgencias (incrementándose en dos más por las noches), 2 en observación de camas y 6 en Urgencias Pediátricas.
Según la propia memoria del SAS, los servicios de Urgencias en los hospitales andaluces crecieron un 27.1% desde 2010 hasta el año 2016. A día de hoy, a juicio de CSIF, probablemente se supere el 30% y los 4.500.000 de pacientes anuales entre las ocho provincias andaluzas. En cambio, las plantillas de profesionales han disminuido en todas las categorías (médicos, enfermeros, TCAE, celadores, personal de Administración, trabajadores sociales…) con una pérdida de más de un 20% de personal en la provincia de Huelva según estimaciones del sindicato.
Todo esto sin olvidar otras causas, tal y como remarca el sindicato, como son “las impresentables listas de espera” o la saturación de la Atención Primaria que al final desemboca en las Urgencias Hospitalarias como último recurso.
Las deficiencias que CSIF ha puesto de relieve no son nuevas: plantillas bajo mínimos, falta de sustituciones, ausencia de planificación y unos recursos insuficientes que se han ido reduciendo progresivamente mientras los gerentes han negado la realidad. Huelva sigue liderando el menor gasto sanitario por habitante de toda España y el propio defensor del paciente indica cómo siguen incrementando las denuncias de los usuarios culpando a unos presupuestos “absolutamente insuficientes”. Por ello, “es preciso un compromiso social y político para evitar que los servicios de Urgencias sigan siendo los que más reclamaciones acumulan a nivel nacional”.