Gran noche de toreo en El Rocío Chico gracias al buen hacer de David de Miranda y Pablo Aguado. Ambos diestros ofrecieron un festival benéfico de mucho contenido artístico en una velada amenizada por la artista almonteña Macarena de la Torre. Un festejo que lidió un importante encierro del ganadero José Luis Pereda, donde destacó el gran ejemplar que saltó en tercer lugar “Ventoso” Nº 45, premiado con la vuelta al ruedo.
David de Miranda recibió por verónicas al primero de José Luis Pereda, que reaparecía cinco días después de la cogida sufrida en Málaga. El onubense desplegó un capote lleno de cadencia y garbisodad. Y volvió a lucirse con el capote en un quite con la música de Macarena de la Torre en directo. Brindó al público y compuso una faena gran toreo al natural. Toreó muy lento y por abajo. Cuajó varias series también por el pitón derecho de mucho temple y gusto. Mató al encuentro y cortó una oreja con petición de segunda. Ovación al novillo en el arrastre.
Verónicas con temple y suavidad de Pablo Aguado al segundo de la noche. Intenso inicio de faena en el tercio rematado con un trincherazo y un molinete, marca de la casa. El novillo salía del muletazo con la cara alta, pero Aguado, con temple y sin dejarse tocar la muleta, consiguió varias tandas que llegaron al tendido. Un toreo lleno de prestancia y personalidad. Un final excelente de ayudados por altos, antes de media estocada que fue suficiente. Oreja.
Destacó por chicuelinas David de Miranda en el tercero de la noche. Antes un bonito y cadencioso trato a la verónica ganando terreno en cada lance. El segundo del lote, un novillo que repetía por el pitón derecho con transmisión y fijeza, y por donde el torero onubense pudo cuajar varias tandas con muletazos largos y de gran intensidad. Temple y regusto cimentaron una preciosa y exigente faena. La música en directo, con la voz de Macarena de la Torre por fandangos, completó una faena premiada con dos orejas y rabo. Faenón de cante grande y vuelta al ruedo a un gran novillo de José Luis Pereda.
Pablo Aguado se gustó en el precioso saludo a la verónica del cierraplaza. Faena de mucha suavidad y cuidado a un novillo con el que tuvo que medir distancias y alturas para sacar todas las virtudes. Con tesón consiguió muletazos de gran empaque sobre todo por el pitón derecho. Los remates y gallegos conectaron con el público y un cierre de ayudados de extraordinaria belleza pusieron el cierre de una preciosa faena. Estocada casi entera que fue suficiente. 2 orejas.