El sol es el gran protagonista de los meses estivales y muchos esperan con ansia la llegada de agosto para poder broncear su piel y lucir ese moreno tan deseado, pero si no se toman las medidas adecuadas, se pueden presentar males que arruinen por completo las vacaciones.
Tal y como informa María Segurado, jefe de Dermatología del Hospital del Sureste de Madrid y asesora de Nivea, la base para una salud dermatológica es una buena crema solar del factor de protección adecuado para cada situación, aunque esta medida no es suficiente.
La doctora añade que hay que cuidar algunas zonas del cuerpo más que otras, como son los tobillos, los empeines, las orejas y el cuello. Además, es muy importante volver a aplicarse la protección solar después de cada baño.
Asimismo, mantener una buena alimentación e hidratación ayuda a evitar dañarse la piel durante el verano. Es importante comer frutas y verduras, ya que tienen una gran cantidad de propiedades protectoras, aportan agua al organismo y regulan el aporte correcto de melanina.
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