La infraestructura Científica y Técnica Singular- Reserva Biológica de Doñana (ICTS- Doñana), adscrita a la Estación Biológica de Doñana – CSIC, ha destacado que 2024 fue un añi «seco y caluroso» en el parque natural. La escasez de inundación en marismas y lagunas ha influido negativamente en las poblaciones de aves acuáticas ivernantes, que ha alcanzado un nuevo mínimo histórico, siendo la peor cifra anual de toda la serie histórica, que comprende más de 50 años.
La entidad lo ha manifestado durante la presentación ‘Estado de la biodiversidad en Doñana’ 2024, que apunta que la marisma de Doñana solo se ha mantenido inundada 35 días y la laguna de Santa Olalla, la más grande del parque, se ha vuelto a secar por tercera vez consecutiva en octubre, cuando antes era considerada permanente.
Por desgracia, Doñana continúa con «escasas precipitaciones y temperaturas altas» ya que el ciclo hidrometeorológico más reciente (2023-2024), se ha caracterizado como seco, al registrar un total de 434,4 mm de precipitación acumulada. Estos niveles se mantienen por debajo de la media histórica, en torno a 530 mm. Por suerte, la primavera y el invierno han sido «más húmedos».
Todo esto ha acarreado que haya un récord mínimo histórico de aves acuáticas. Este pasado 2024 la cifra ha sido de 43.989, la cifra más baja de toda la serie histórica en un mes de enero. A lo largo de 50 años, solo en cuatro ocasiones se han registrado cifras por debajo de 100.000 individuos.
Todo esto es debido al bajo nivel de precipitaciones caídas durante el otoño y principios del invierno.