El conductor de la furgoneta que colisionó la madrugada del pasado 23 de junio, tras un choque frontal en el kilómetro 25 de la A-483, en Almonte, con un turismo donde viajaban cinco jóvenes –entre 16 y 19 años–, naturales de Bollullos Par del Condado, falleciendo en el acto dos menores de edad de 16 y 17 años y resultando los otros tres heridos de gravedad, ha reconocido que en el momento de la colisión conducía en dirección contraria.
Según reza en el atestado del accidente, este hombre de 53 años, en su declaración confirmó en el Juzgado y ante la Guardia Civil una de las hipótesis que barajaban los agentes del Instituto Armado y es, tras entrar en una rotonda, condujese en dirección contraria y colisionara con el turismo cuando iba a una velocidad entre 70 y 80 kilómetros por hora en una furgoneta –que por los letreros en la chapa hacía un servicio de señalizaciones–, acompañado por su hija, que resultó herida leve, y su mujer, grave.
Al respecto, este conductor, también herido leve, aseguró que tras salir de la localidad de Cantillana para pasar unos días de descanso en el núcleo costero iba siguiendo el coche de su sobrina, que lo precedía, y «al salir de una glorieta, en dirección Matalascañas, principio de la dirección de la variante, vio cómo la sobrina se desviaba a la derecha y pensó que se dirigía hacia El Rocío».
«Por la carretera A-483, paralela a la autovía, vienen coches en dirección contraria, y pienso que vienen en la autovía dirección a Almonte, y al ver que no viene nadie, porque no me cruzo con ningún vehículo, eran las 1,30 horas, pienso que un carril se dirige al Rocío y otro a Matalascañas», donde iba a pasar unos días de vacaciones.
Al respecto, subraya en su declaración que «aunque había línea continua, yo me creía que era discontinua, y ya se había terminado la discontinuidad, tal como pasa en la siguiente salida, que pasan de dos carriles a uno para El Rocío y otro para Matalascañas».
En esa glorieta, prosiguió el conductor, «hay tres carreteras, que son de doble sentido, así que pensé que ésta que yo tomé también lo era. Desafortunadamente no tuve demasiado tiempo para darme cuenta y poder corregir mi dirección», señaló a la Guardia Civil.
«Las autoridades me dijeron que lo que me había pasado le había ocurrido a más gente, por lo que es un punto conflictivo, donde no hay barreras físicas que te impidan tomar esta salida», remarcó el conductor.
En concreto, en esa salida de la autovía hay instalada una señal vertical que prohíbe la entrada y de la que el conductor no se percató y una zona de cebreado en el asfalto que no permite a ningún conductor entrar o circular.
Según el atestado, la posición de percepción posible en la que el conductor del turismo se percatara de la presencia de la furgoneta sería una distancia no superior a 150 metros y, aunque suponiendo que hubiera visto el reflejo de la luz del vehículo contrario, bien pudiera pensar que éste circulaba por la calzada en sentido Matalascañas.
FAMILIA COMO ACUSACIÓN PARTICULAR
Por su parte, las familias de los menores de edad fallecidos, que volvían a Bollulos tras pasar un día de ocio en la playa, se han personado como acusación particular en la causa abierta en el Juzgado de Instrucción número 3 de La Palma del Condado.
Según han informado fuentes judiciales, estas familias han elevado al juzgado el escrito de personación con el fin de ejercer la acusación particular, en la que serán representados por los letrados Manuel Parrilla y Paloma Andrade, de Parrilla Abogados.
El objetivo es ejercer la persecución penal contra el conductor de la furgoneta por supuestos delitos de homicidio por imprudencia y lesiones graves.
Los jóvenes fallecidos eran naturales del municipio onubense de Bollullos Par del Condado, que decretó, cuando ocurrieron los hechos, tres días de luto. Cabe recordar que los conductores de ambos vehículos dieron negativo tanto en las pruebas de alcoholemia como de sustancias estupefacientes y todos llevaban puestos los cinturones de seguridad.