El Centro de Prevención de Riesgos Laborales de Huelva ha organizado este martes una jornada técnica a la que han asistido 75 profesionales especialistas en la prevención de riesgos y de la vigilancia para la salud de las empresas, para abordar los principales riesgos y medidas preventivas por golpe de calor de la población trabajadora.
Este seminario, que ha contado con la presencia del delegado territorial de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo, Juan Carlos Duarte, se imparte en el marco del Plan de Choque contra la Siniestralidad Laboral en Andalucía, especialmente dentro del ciclo de acciones formativas organizadas en torno al Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo, que se celebra cada 28 de abril.
El delegado de Empleo ha contextualizado que “la Consejería de Empleo en estos momentos ofrece un intenso programa formativo en materia preventiva con hasta cuatro cursos celebrados esta semana en nuestro CPRL, al tiempo que desarrolla una campaña de sensibilización de carácter regional destinada a empresas y trabajadores centrada en los efectos del golpe de calor en Andalucía, entendiendo el estrés térmico laboral como la carga neta de calor a la que están expuestos los trabajadores, como consecuencia de la combinación de las condiciones ambientales de su puesto de trabajo, las características de la ropa que llevan y la actividad física que realizan”.
“En este sentido – explica Duarte-, en esta jornada técnica, se vienen a abordar los síntomas y efectos sobre la salud de la exposición al calor, la identificación y la evaluación del estrés térmico por calor y las medidas de prevención y protección necesarias en las empresas para evitar daños a las personas trabajadoras”. Igualmente, Juan Carlos Duarte ha señalado que “las estimaciones muestran que la productividad laboral se ralentiza a temperaturas superiores a los 24 o 26 grados celsius. A los 33 o 34 grados centígrados, el rendimiento de los trabajadores puede disminuir hasta un 50% en trabajos físicamente exigentes, incluso a la sombra o en el interior de instalaciones que no dispongan de aire acondicionado”.
En términos generales, la agricultura y la construcción son los sectores más afectados. El estrés térmico puede producirse en todos los trabajos al aire libre, físicamente exigentes, que requieren que los empleados trabajen directamente bajo el sol, durante largas horas o con ropa protectora.
Desde el CPRL de Huelva se ha destacado el alto impacto de las altas temperaturas en la salud de los trabajadores, lo que se conoce en el ámbito de la prevención como estrés térmico por calor, caracterizado por una sobrecarga térmica en el organismo, que sumado o no a patologías previas, puede provocar calambres, deshidratación, vértigo, agotamiento, edema y afecciones cutáneas, siendo la consecuencia más grave el conocido golpe de calor. El golpe de calor se produce debido a un incremento de la temperatura interna por encima de los 40,5°C. El estrés térmico puede causar enfermedades como la insolación, la hipertermia, agotamiento por calor, calambres y erupciones.
Los datos analizados en la jornada de hoy señalan que, en nuestro país, unas 1.300 personas fallecen al año en España por una mortalidad relacionada con las olas de calor y patologías relacionadas, sobre todo trabajadores expuestos a condiciones extremas, de ahí que la sensibilidad en el ámbito laboral y en el ámbito de la prevención vaya creciendo, de forma que el objetivo último de esta jornada técnica es la de contribuir a la mejora de las condiciones de trabajo y a reducir la siniestralidad laboral.
Otra de las conclusiones planteadas en la primera parte de las ponencias aborda la necesidad de que empresas y trabajadores tomen conciencia de la importancia de contar con una buena aclimatación, que el ritmo de trabajo se adapte a la temperatura ambiente, que se realicen descansos frecuentes o que cada trabajador vaya hidratándose durante toda la jornada de trabajo. El estrés por calor no sólo provoca enfermedades, sino que también puede provocar un aumento de las lesiones en el lugar de trabajo y una disminución de la productividad de las personas trabajadoras.