Aunque no está la situación para jolgorios, este jueves se celebra la Fiesta de San José, O lo que es lo mismo, el Día del Padre. De aquel que es uno de los responsables de darnos el don de la vida. De aquel que nos ha cuidado y mimado en su nido mientras hemos aprendido a volar.
También de aquel cuyo parecer choca con nuestra actitud rebelde en tiempos de adolescencia. De aquel que nos da los mejores consejos cuando conocemos a nuestro primer amor.
También es el día del que nos recomienda seguir sus indicaciones en base a su experiencia, aunque no lo entendamos -o no lo queramos entender-.
Y también es el día de aquel que ha sabido corregir a tiempo nuestras actitudes erróneas, aunque en ese momento nos haya provocado más de una lágrima. Ya lo dice el refrán: “quien bien te quiere, te hará llorar”.
Por supuesto, es el día de quien nos ha acompañado en nuestros momentos de tensión, del que nos ha dado un abrazo en nuestra debilidad o también cuando lo hemos hecho abuelo.
Es el día del que nos ha sacado del apuro por no encontrar un canguro. Es el día del que nos hace un favor y no nos pide nada a cambio. Del que a veces lastimamos y ni siquiera pensamos en pedirle perdón, aunque ya estemos más que perdonados.
Y es el día de aquel por el que lloraremos y nos acordaremos mucho cuando no esté. Por ello, padres del mundo: felicidades. Disfrutad de un día en el que, aunque sea obligados legalmente, podrán pasar con sus hijos. Recordadles el valor de lo que significa tener un padre todavía en casa.