El obispo de Huelva, José Vilaplana, ha asegurado que la Semana Santa “siempre es un momento de esperanza” para celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, que son las fiestas centrales de la fe cristiana, por lo que ha defendido que “no se puede perder la raíz de la fe para que no sea un acto externo y no sea la Semana Santa solo una manifestación estética, bella, sino que tiene un sentido y un significado”.
En una entrevista concedida a Europa Press, Vilaplana ha remarcado que la Semana Santa “tiene que servir para que nos ayude a conectar con la palabra de Dios y con la celebración litúrgica”, a lo que ha añadido que “siempre es una oportunidad para que el pueblo crezca y contemple la lección de amor más grande y es que Cristo dio la vida por nosotros”.
Al respecto, Vilaplana ha destacado “el ambiente de normalidad” vivido en estos días en las distintas hermandades, en las que “se ha preparado todo con dignidad”. En este sentido, ha hecho hincapié en que la organización de la Procesión Magna “ha hecho mucho bien porque puso de relieve que se pueden hacer las cosas muy bien cuando todos estamos de acyuerdo y buscamos el mismo fin”.
A su juicio, en general “la Semana Santa está muy arraigada, primero por el elemento familiar, ya que se transmite de padres a hijos y siempre hay referencia de los abuelos porque se considera un signo de identidad de la ciudad y se sienten responsables de esta celebración”.
“El mensaje que quiero subrayar es que pensemos en el gesto de Jesús en la última cena con el lavatorio de los pies cuando dijo: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho, vosotros también lo hagáis”, ha remarcado Vilaplana, quien ha insistido en que “la celebración de la Semana Santa debe ser una invitación a un seguimiento más cercano de la persona de Jesucristo”.
Por último, el obispo de Huelva ha subrayado que “esta cuaresma ha estado especialmente dedicada a los jóvenes porque el Papa Francisco ha convocado un Sínodo en 2018 sobre la juventud y hemos tenido muchos encuentros de oración”.