“Cristo está aquí, Dios está aquí. Lo podemos decir y así lo dice el pueblo cristiano cada vez que se pone ante la Eucaristía”. Estas son algunas de las palabras pronunciadas por el obispo de Huelva, Santiago Gómez, que ha presidido esta mañana de domingo, 6 de junio, en la Santa Iglesia Catedral, su primer Corpus Christi en Huelva, en una Eucaristía concelebrada con los miembros del Cabildo Catedral y con la participación del Seminario Diocesano y de la Coral Polifónica de la Catedral.
Como ocurriera el pasado año, la celebración se ha desarrollado atendiendo a las medidas de seguridad dictadas por las autoridades debido a la pandemia y sin procesión por las céntricas calles de la capital y ha contado con la presencia del alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, y de otras autoridades civiles y militares, así como de una representación de asociaciones eucarísticas, de hermandades de la capital y de pastorales y movimientos diocesanos.
En esta Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo y Día de la Caridad, Mons. Gómez Sierra ha destacado también en su homilía que «permaneciendo en esa adoración y en esa mirada de fe al Señor bajo la apariencia de Pan podemos también nosotros seguir aprendiendo como discípulos los caminos de Dios en nuestra vida». En este sentido, ha señalado que como discípulos estamos en todo momento «mirando y adorando a Cristo en la Eucaristía e invitados, como siempre el Señor ha hecho a lo largo de toda su vida pública y lo sigue haciendo en su Palabra, a mirar a los pobres, a lo sencillo y saber que en esos signos habituales de nuestra vida, y particularmente, en las personas más pobres, es donde permanece con nosotros. La Eucaristía, en ese signo pobre del Pan, nos está enseñando a mirar en esa dirección». Además, ha recordado que «el mismo signo del Pan está siendo anticipo de la Pasión del Señor», de manera que el Pan eucarístico habla también de «esa dinámica pascual que Cristo nos enseña en la vida» de coger su cruz cada día y negarse a sí mismo y seguirle y, de esta manera, continuar «ese proceso natural que vemos en el grano de trigo que cae en tierra y muere para dar fruto». Así, «adorar al Señor presente en la Eucaristía, en su Cuerpo verdadero que adoramos en el Pan eucarístico, es recibir la invitación permanente a morir para dar vida».
Del mismo modo, ha apuntado que «contemplar el Pan Eucarístico es recordar la llamada y la obra de la unidad que la Eucaristía hace con todos nosotros», pero «solamente si somos capaces de vivir ese misterio pascual al que nos invita el Señor en la Eucaristía, podremos trabajar la unidad. Si cada uno busca su propio interés es imposible que la Iglesia viva la comunión y la unidad».
En el Día de la Caridad ha incidido en «mirar a los pobres, mirarlos como formando un solo cuerpo con nosotros; saber que estamos llamados a salir de nuestro interés para darnos a los otros. Cristo nos lleva a mirar a nuestros hermanos más pobres y necesitados».
Al término de la celebración el obispo de Huelva se ha dirigido a la puerta de entrada de la Catedral y ha bendecido con el Santísimo Sacramento a los onubenses, un gesto que fue realizado también el pasado año por el obispo emérito de Huelva, José Vilaplana. Igualmente este año, al no haber procesión, se han mantenido las misas parroquiales coincidentes con el horario de la celebración en la Catedral.