Dicen que los milagros, a veces, existen. Y eso precisamente es lo que necesita el PAN Moguer para continuar una temporada más en Primera Nacional. Un milagro y una carambola consistente en la victoria frente a Manzanares y el favor de Bolaños, ya salvado, ante Villafranca, que parte con la ventaja de jugar en casa.
En feudo propio también juegan los moguereños. Sin duda, el Zenobia será este sábado una bombonera ilusionada por poder ver a su equipo conseguir la épica. Aunque es muy complicado. La clave de la remontada pasaba por conseguir puntuar en casa de Maristas. Pero no pudo ser. Los malagueños salieron con todo y sin intención alguna de ceder terreno a un necesitado PAN Moguer.
Los amarillos salieron enchufados al pabellón, conscientes de la importancia de la cita. Los malagueños empujaban, pero el Pedro Alonso respondía más fuerte. Tanto es así, que llegaron al descanso con una ventaja de dos goles (14-16). Sin embargo, a la reanudación, el Maristas, que jugaba su último partido en ese pabellón, no pensaba dejar de regalarle la victoria a su afición, que llenaba las gradas con un ambiente totalmente festivo. Así fue, los locales le dieron la vuelta al marcador con un parcial de 4-1 y se pusieron 18-17. A partir de ahí, la ventaja del cuadro malagueño no hizo más que aumentar. Mientras tanto, los de Maxi Gutiérrez se desinflaban por momentos y les faltaban las fuerzas para hacer frente al envite. Al final, 33-27 y un viaje de vuelta en el que sólo cabían las cábalas de cara a la última jornada.
Ya sólo queda esperar, ganar y rezar para conseguir el sueño de la salvación.