El pasado sábado los rocianeros se preparaban para vivir una de las citas con más arraigo y tradición del condado, Las Cruces de Mayo.
A las nueve de la noche la Plaza España acogía, una a una, a las Santas Cruces del Municipio que, arropadas por bandas de música y el calor de la gente, se disponían a descansar en la parroquia de San Bartolomé Apóstol.
Cinco son las que, un año más, han procesionado en Rociana. Las cruces de la calle Las Huertas, la calle Candao y la calle Orozco, hacían su tradicional parada en la ermita de la patrona, para ofrecerle flores antes de la entrada en la iglesia. Lugar que acogía también las ‘cabezás’ entre las tres cruces.
Ya el domingo, el pueblo entero se vistió de gala para disfrutar del día grande en Rociana. Las cinco cruces, también ya la de la calle La Fuente (que este año celebra su bicentenario) y La Cruz de Arriba, salían en procesión acompañadas por los fieles en un recorrido repleto de color y tradición.
Entrada la noche, Peroleros y Calatravas hacían su ofrenda floral a la Virgen del Socorro Coronada para culminar, antes de volver a sus capillas, con las originales «cabezás» entre hermandades, en señal de fe y hermanamiento hacia el Santo Madero.
Todo un éxito vivido por los cruceros de la localidad, una vez más, en el primer fin de semana de mayo.