Un punto para cada equipo en la Ciudad Deportiva Bahía de Cádiz, el San Roque se queda a las puertas de aprovechar una ocasión dorada de depender de sí mismo para entrar en los playoffs de ascenso, ante un Cádiz Mirandilla que se jugaba las castañas con la zona roja de la clasificación.
Primera parte con un buen San Roque que supo tener el control del juego y que no dejó peligrar su área frente a un filial que se mostraba fuerte y sólido con la idea de conceder lo menos posible y salir hacia campo contrario aprovechando la velocidad de Rafa Llorente y Diarra, junto con la capacidad del delantero, Kensly, para aguantar la bola y asociarse con los hombres de banda.
El conjunto de Juanma Pavón mantuvo el tipo y a la media hora de partido daba un pequeño salto en el ritmo de juego que le permitió encontrar los espacios y hacer daño a la defensa amarilla, tanto es así, que en el 35′ un David León bien plantado sobre el balcón del área rival encontraba el último pase hacia el desmarque de Santisteban que se quedaba solo ante Nando para colar un gol antológico de vaselina y poner el primero en el marcador, una auténtica obra de arte de matador de área.
El partido continuó hasta que en el minuto 40 de la primera mitad, se daría la situación que dejaría en estado de shock tanto a los jugadores y aficionados del estadio como a aquellos que estaban siguiendo la retransmisión desde casa, una nube de mosquitos invadía el terreno de juego hasta el punto de tener que suspender el partido ante la imposibilidad de lidiar con esta plaga de insectos que impedían el correcto desarrollo del juego.
El encuentro estuvo más de una hora detenido con los jugadores en el túnel de vestuarios y la posibilidad de suspenderse en el aire hasta que, en torno a las 18:20 horas, se decidió reanudar con los cinco minutos que quedaban de esa primera mitad para marcharse al túnel de vestuario con el cero a uno en el marcador.
Después de esta situación dantesca y casi sin precedentes, los jugadores saltaban al campo para disputar los segundos cuarenta y cinco minutos. El conjunto de Cifuentes saltaba con dos cambios que dieron un giro al juego de los suyos, con un Peru que salía como revulsivo y acabaría encontrando el gol del empate en el 54′ tras un saque de esquina.
El partido acababa en el 95′ libre de mosquitos y con un empate a uno que sabe a poco para ambos equipos, el San Roque pierde una gran oportunidad de meterse seriamente en la pelea por el ascenso, a pesar de que quedan cuatro jornadas para el final, eso sí, la permanencia, que es el objetivo principal, está prácticamente asegurada. Próxima parada: el líder, en casa.