El Servicio de Control de Plagas (SCP) de la Diputación de Huelva, que inició en primavera su Plan de Actuación 2022 para el control integrado de plagas mediante el uso de tratamientos correctores con biocidas, se desarrollará hasta finales de octubre y tratará unas 8.000 hectáreas en 12 municipios de la provincia. De este modo, entre enero y diciembre se habrá cubierto una superficie algo superior a las 225.000 hectáreas con un amplio abanico de estrategias de control dirigidas a limitar el desarrollo de las plagas de mosquitos.
En este sentido, según han informado desde la institución provincial a Europa Press, con la llegada de la primavera y hasta completar el mes de octubre, el lógico incremento de las temperaturas ambientales provoca el inicio de los tratamientos de control mediante el uso de biocidas, por lo que se está realizando una actuación con tratamientos correctores en aproximadamente 5.000 hectáreas de marisma mareal susceptible de albergar poblaciones larvarias de mosquitos, ya sea con medios terrestres o aéreos -avionetas y drones-.
Asimismo, se realizan tratamientos dirigidos a los mosquitos adultos en otras 3.000 hectáreas mediante aplicaciones barrera en zonas verdes y jardines, y nebulizaciones en zonas periurbanas limítrofes con las marismas saladas del litoral, «completando un conjunto de estampas o imágenes a las que están familiarizados los ciudadanos del litoral», y de las que «se benefician visitantes y turistas que representan un incremento del 82 por ciento sobre la población fija residente hasta alcanzar 645.000 habitantes».
Así, de enero a diciembre el Servicio de Control de Plagas de la Diputación Provincial desarrolla un amplio abanico de estrategias de control dirigidas a limitar el desarrollo de las plagas de
mosquitos en todos los municipios costeros, junto con aquellos otros del interior que se localizan en las riberas de los principales estuarios.
En concreto, este control se realiza en las localidades de Aljaraque, Almonte, Ayamonte, Cartaya, Gibraleón, Huelva, Isla Cristina, Lepe, Moguer, Palos de la Frontera, Punta Umbría, y San Juan del Puerto, que coordinadas e integradas por el organismo provincial co-participan en la ejecución de los proyectos anuales de control de mosquitos.
Para ello se cuenta con un presupuesto que asciende a 3.220.000 euros, que permite cubrir una superficie algo superior a las 225.000 hectáreas -un 6,4 por ciento de las mismas, espacios naturales protegidos-, que se atiende mayoritariamente con una plantilla que llega a las 60 personas, entre operarios aplicadores, personal administrativo, técnicos y facultativos «con una dilatada experiencia profesional».
En este contexto, durante los meses de invierno y buena parte del otoño se llevan a cabo trabajos destinados a la gestión del territorio en las zonas encharcables, naturales o artificiales, que consisten básicamente en la limpieza y retirada de sedimentos en las redes de drenaje natural en las marismas mareales, y el desbroce de la vegetación «de allá en donde representa un freno al discurrir de las aguas de marea o las de precipitación», han señalado desde Diputación.
En el estío, las tareas de restauración de la red hidrológica se acometen con medios mecánicos, manteniendo un «esfuerzo» que se ha visto incrementado durante los últimos años, y que en esta campaña va a superar 8.000 metros de cauces regenerados, que va a reducir las superficies aptas para la cría de mosquitos, disminuyendo la dependencia del uso de biocidas, al tiempo que se recupera la biodiversidad faunística en las marismas mareales.
Con ello, la institución provincial ha apuntado que se incrementan los recursos endógenos que contribuyen en el control biológico de las especies plaga, «favoreciendo además la fijación de carbono y la resiliencia de los medios estuarinos frente a situaciones adversas o perturbadoras como lluvias torrenciales o pleamares de mareas vivas que llegan a alcanzar alturas excepcionales».
VIGILANCIA DE LAS POBLACIONES
Por otra parte, las actividades de vigilancia se centran fundamentalmente en el seguimiento de las poblaciones de mosquitos adultos, gracias al mantenimiento de una red de estaciones de trampeo que permite identificar la distribución espacial de las principales especies de mosquitos, y evaluar la eficacia de las medidas de control.
Durante el pasado año se capturaron más 56.500 mosquitos repartidos en algo menos de 1.000 muestras, de forma que a partir de las muestras obtenidas se analiza por técnicas de entomología molecular –reacción en cadena de la polimerasa, PCR–, la presencia de arbovirus, con el objetivo principal de determinar la circulación de virus que pueden llegar a tener un impacto sobre la salud.
Asimismo, desde el pasado año 2021 el SCP diseña y elabora además un Plan Territorial de Vigilancia y Control Integral de Vectores de la Fiebre del Nilo Occidental, que incorpora al conjunto de municipios de la provincia que están en los niveles de riesgo 2 y 4, establecidos por la Consejería de Salud y Familias, con el objetivo de reducir el impacto adverso provocado por la presencia de plagas de mosquitos, y en particular aquellas que pueden actuar como vectoras de virus del Nilo Occidental.
Esto se realiza mediante la aplicación de medidas preventivas y correctoras, basadas en el concepto de lucha integrada, a través de la prospección de focos potenciales de cría de mosquitos; el seguimiento de la dinámica poblacional de los distintos taxones, a través del trampeo de los insectos adultos; la prescripción de medidas de control ya sean preventivas, o correctoras, mediante la aplicación de biocidas para el control de larvas y adultos de mosquitos; y de actividades de divulgación e información sobre las plagas, como recurso de control.
Finalmente, desde la Diputación han señalado que los caballos constituyen, junto con algunas especies de aves y humanos, «las dianas que pueden verse afectadas por la capacidad de algunas especies de mosquitos para transmitir la Fiebre del Nilo».
En ese sentido, han reseñado que la provincia de Huelva acumula cerca del 20 por ciento del total de la cabaña equina andaluza, y que el municipio de Almonte es, entre todos los andaluces, el que posee el mayor número de equinos en explotaciones sin tierra.