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Pasadas las nueve de la mañana del sábado dos de julio, Pedro Garrido sufría un infarto mientras se encontraba en su casa, a las afueras de Manzanilla. Su hijo, que se encontraba junto con otros miembros de la familia en la vivienda, alertó rápidamente a los servicios de emergencia. Sin embargo, a pesar de las continuas llamadas al 061, los efectivos médicos no llegaron al lugar de los hechos hasta 99 minutos después. Es más, el médico que asistió a la víctima, firmó el acta de asistencia a las 11 y 7 minutos, donde certificó su muerte.
Una circunstancia que la familia Garrido considera una negligencia y que se podía haber evitado. Por eso, no han dudado en denunciar al SAS, que por su parte alega falta de personal. Y es que, la cobertura sanitaria de la zona, que integra a Manzanilla, Villalba, Paterna, Escacena, Chucena, Villarrasa y La Palma, sólo cuenta con dos equipos médicos los fines de semana. Un número que, teniendo en cuenta situaciones similares a la descrita, parece insuficiente. Sobre todo, si coinciden incidentes en la misma franja horario, como ha sido el caso.
La familia ha anunciado medidas para luchar contra esta situación. La primera, un encuentro con vecinos, el sábado a las ocho y media en Manzanilla.
