La FOE ha recibido con honda consternación el fallecimiento en Barcelona, víctima del Coronavirus, de su primer presidente y cofundador de esta Organización, Carlos Irimia Bodro, que desde diciembre de 1977 a julio de 1978 estuvo al frente de la misma.
El fallecido, ingeniero químico de profesión y catalán de nacimiento, llegó a Huelva para dirigir la empresa FORET y pronto empezó a entablar contacto con el movimiento empresarial de la época en torno a la Organización Sindical Española (Sindicato Vertical) donde presidió, con anterioridad a la Ley de Libertada Sindical, el Consejo Provincial de Empresarios allá por el año 1975 y anteriormente la Unión de Empresarios de Industrias Químicas.
La figura de Irimia fue esencial para la constitución de la FOE al promover, junto a otras personas claves de nuestra ciudad, el movimiento empresarial que poco tiempo después dió origen a la FOE, constituida el día 1 de marzo de 1977 en la Cámara de Comercio de Huelva, siendo elegido presidente de la misma, la cual entraría a formar parte poco tiempo después en CEOE y CEPYME surgidas con posterioridad a la propia FOE.
Unos meses después a la constitución de la FOE, Carlos Irimia deja Huelva al ser propuesto por su empresa para desarrollar un proyecto industrial en Venezuela que acepta, no sin antes, conseguir los recursos económicos necesarios para aperturar en la calle Miguel Redondo de la capital la que fuera primera sede la Organización.
Ese hecho motivó que renunciará a su cargo, sucediéndole interinamente en el mismo el empresario onubense Sebastián Arroyo Redondo.
Persona de carácter afable y gran capacidad de liderazgo, Carlos Irimia nunca se desvinculó de la FOE, participando en sus efemérides más significativas que resultaron siempre ser lugar de encuentro con una Organización Empresarial “que tiene que ser -como el mismo decía- vista por todos como una empresa de/para las empresas”.