Y el momento más esperado llegó.
La Santa Cruz de la Calle Cabo cruzaba el dintel de la puerta de su capilla para vivir una de las tardes más especiales hasta que la luna iluminara su paso.
Fieles y devotos esperaban impacientes esta procesión que, tras un año de espera se hacía realidad el sueño de todo bartolo.
Una reina de las fiestas emocionada que cumplía con la tradición de la mujer bartola de acompañar a la Santa Cruz y un pueblo que, cumplía con su cita en este primer día del mes de junio.
Así, la Santa Cruz de la Calle Cabo, abandonaba su hogar, para visitar numerosas casas palmerinas y brindar un año más la esperanza de volver a sentir este día cargado de emociones entorno a la Santa Cruz.
Ahora, tras una quincena repleta de momentos, solo queda vivir de los recuerdos y volver a comenzar una nueva cuenta atrás en el calendario bartolo.