La empresa pública Giahsa se suma hoy a la celebración del Día Mundial del Retrete, que en esta edición apuesta por el saneamiento sostenible y el cambio climático. El caballo de batalla al que sigue enfrentándose el sector de los servicios del agua urbana es dar a conocer a la población los terribles efectos que provocan los productos no aptos para ser desechados a través del inodoro. En concreto, la problemática de las toallitas húmedas se viene agravando ahora con el de las mascarillas desechables usadas para combatir los riesgos de la Covid-19, provocando atascos en redes de alcantarillado y colectores que terminan por colapsar las cabeceras de las estaciones depuradoras. Ello comporta agresiones ambientales, sobrecostes económicos y, además, un alto riesgo de inundaciones en los casos de lluvias intensas.
El director ejecutivo de Giahsa, Manuel Domínguez Limón, entiende que “el saneamiento sostenible es una de las mayores preocupaciones en el trabajo diario de los profesionales de esta empresa pública. En este sentido, la concienciación es determinante para atajar problemáticas como la de los atascos provocados por las toallitas, las mascarillas y otros productos de higiene, cuyo único destino debe ser la papelera, nunca el retrete”. Es el mismo usuario, explica Domínguez, el que al final “termina padeciendo esos atascos que se provocan en los sistemas de depuración, por lo que no tiene sentido lanzar piedras sobre nuestro propio tejado”.
En efecto, no se puede olvidar que este tipo de problemas afecta también a los hogares particulares y comunidades de vecinos, que han de hacer frente a atascos y riesgos de inundaciones con graves daños a propiedades y enseres. El impacto económico en España se establece entre los 4 y 6 euros por persona al año y el encarecimiento de casi un 15% de las actividades de mantenimiento, tratamiento y depuración de las aguas residuales, lo que supone un sobrecoste de unos 230 millones de euros al año.
Con la adhesión al Día Mundial del Retrete, desde Giahsa se alerta también de que las inundaciones, la sequía y el aumento del nivel del mar suponen una seria amenaza para los sistemas de saneamiento, desde los inodoros de los particulares hasta las fosas sépticas y las plantas de tratamiento. El objetivo común es plantearse la meta de un saneamiento sostenible para todos, que ayude a proteger y mantener nuestra seguridad, preservar nuestra salud y detener la propagación de cualquier tipo de enfermedad.