El estudio dirigido por el investigador Joaquín Rodríguez-Vidal, Profesor de Geomorfología del Departamento de Geodinámica y Paleontología de la Universidad de Huelva, en colaboración con profesores del Museo de Gibraltar, la Universidad de Murcia y de Toronto y miembros de la Estación Biológica de Doñana, argumenta que la Península Ibérica, y el suroeste en particular, representan los remanentes más occidentales del prehistórico Cinturón de Latitudes Medias que llegaba hasta la cordillera del Himalaya.
El trabajo publicado en la prestigiosa revista científica Geomorphology (Elsevier), bajo el título ‘Undrowning a lost world — The Marine Isotope Stage 3 landscape of Gibraltar’, muestra que este cinturón constituyó una unidad biogeográfica en términos topográficos, de fauna y vegetación en el Terciario y comienzos del Cuaternario. Este estudio permite corroborar que, a pesar de los rápidos cambios climatológicos que se produjeron durante el último ciclo glacial, las franjas costeras que están bajo el nivel del mar en el presente, estuvieron al descubierto la mayoría del tiempo, convirtiéndose de esta forma los llanos costeros al sur de la península en un refugio para las especies. Estas franjas costeras podrían haber proporcionado pasillos permitiendo el movimiento de especies, incluida la humana, y sirviendo de refugio para su supervivencia (Neandertales), de ahí las coincidencias de fauna y flora en gran número de localidades Ibéricas Mediterráneas durante el MIS 3 (Estadio Isotópico Marino 3).
Según el Profesor Rodríguez-Vidal, y colaboradores, este paisaje ‘intacto’ se restringe a las franjas costeras del suroeste de Iberia, tales como el Parque Nacional de Doñana, localizado solo a 100 kilómetros de distancia al noroeste de Gibraltar, una reliquia hasta ahora poco apreciada de un mundo perdido.
En este artículo científico se identifican las especies de plantas o animales, como el Pino mediterráneo o el Lince, que existieron durante una etapa geológica que se extendía entre 55.000 y 28.000 años, según el registro realizado en una serie de cuevas de Gibraltar, y que permanecen actualmente en el Parque Nacional de Doñana. El paisaje reconstruido procede del registro geológico de la Cueva de Gorham y de la plataforma sumergida alrededor de Gibraltar, y posee una fuerte semejanza con el hábitat arenoso relicto que podemos encontrar en algunas zonas del sur de la Península Ibérica, como es el Parque Nacional de Doñana. El Parque, su flora y su fauna, tal y como lo conocemos hoy, representarían las planicies de Gibraltar del pasado, pues estos ecosistemas no coexistieron simultáneamente, sino que las condiciones climáticas son similares en el presente a aquellos bosques de pinos y lagunas que rodeaban el Peñón de Gibraltar.