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Gran afluencia de rocieros en la Fiesta de la Luz

La Hermandad Matriz celebró por tercer año consecutivo la Fiesta de la Luz desde la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción, en Almonte. Aunque, a diferencia del año pasado, ha sido un fin de semana de gran afluencia de rocieros, con una alta participación en los cultos programados.

La Fiesta de la Luz, también conocida como la Candelaria, conmemora la presentación de Jesús en el Templo. En Almonte, el rezo del Rosario presidido por el simpecado de la institución rociera, inundó las calles del pueblo con los sones de la Escuela de Tamborileros de la Hermandad Matriz, los cohetes y los vivas a la Virgen.

A continuación tuvo lugar la Vigilia Mariana, uno de los momentos de mayor recogimiento de este fin de semana. Al inicio, la parroquia permanecía a oscuras y sólo las velas de los devotos que participaban, alumbraban a la Virgen del Rocío. Los cantos de la Coral Municipal de La Palma del Condado ayudaron a crear un clima de solemnidad a estos cultos.

En su homilía, el párroco de Almonte, D. Francisco M. Valencia, destacó que la Virgen “es Luz para nosotros, para el pueblo de Dios. Y nos ayuda a descubrir cómo nosotros podemos también ser fieles a la misión de alumbrar, de ser luz. Porque, como bautizados, estamos llamados a ser luz que alumbra nuestra vida y la de nuestros hermanos”.

La Vigilia finalizó con la procesión por el interior del templo almonteño del Santísimo, bajo palio, y con el rezo de la Salve que cada noche Almonte reza a su Patrona.

El domingo se vivieron momentos entrañables junto a los más pequeños, protagonistas de esta jornada. A las 11 horas se celebró la Misa de presentación de los niños a la Virgen, un acto que congrega a miles de familias venidas de toda España. Por prudencia y ante las dimensiones de la Parroquia, la Hermandad Matriz continúo haciendo este acto de forma simbólica, los niños no pasaron por el manto de la Virgen, sino que se pusieron a sus plantas unos pergaminos en los que iban escritos los nombres de miles de pequeños rocieros.

La institución almonteña abrió un plazo a mediados de enero para recibir por correo electrónico estos nombres y fueron los más pequeños del Grupo Joven de la Matriz, los encargados de llevarlo hasta las plantas de la Virgen. También ellos realizaron las lecturas y peticiones durante la eucaristía. A pesar de no celebrarse el rito de pasar por el manto a los más pequeños, muchos padres acudieron con sus hijos a la Parroquia y los presentaron a la Virgen, alzándolos en el momento de la bendición.