El salario medio anual de las mujeres en Huelva es de 10.484 euros frente a los 15.496 euros de salario masculino, lo que supone que las mujeres asalariadas cobran de media al
año 5.012 euros menos que los hombres.
Así se refleja en el informe presentado por la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, que se elabora con datos de la Agencia Estatal de Administración Tributaria.
Estos datos generan una brecha salarial del 47’8% en Huelva, siendo la provincia andaluza con mayor porcentaje de brecha salarial de Andalucía.
La brecha salarial se relaciona de forma directa con el techo de cristal y con la parcialidad en el empleo.
Según el último estudio disponible de CCOO, las mujeres ocupan mayoritariamente las ocupaciones más elementales, donde el número de mujeres supera ampliamente al de los hombres con un índice de feminización del 115’2%.
Por el contrario, en los puestos de directores generales y gerentes el índice de feminización se queda en el 46%, significando que hay más del doble de hombres que de mujeres en este tipo de puestos de trabajo.
La precariedad del trabajo femenino se lee en términos de precariedad y parcialidad. 4 de cada 10 mujeres tiene un contrato temporal. Las andaluzas superan la media nacional en casi 11 puntos porcentuales: el 36’6% de las andaluzas tiene un contrato temporal.
Todas las ramas de actividad han aumentado su tasa de temporalidad en los últimos dos años, a excepción de la agricultura cuya temporalidad ha bajado al 86.7%.
Por lo que respecta a la parcialidad, el 30% de las mujeres empleadas ha estado contratada a tiempo parcial, frente al 7’9% de los hombres.
Una realidad laboral la femenina que condiciona otras rentas del trabajo como son la prestación por desempleo y las pensiones.
La maternidad y los cuidados familiares son el principal aspecto que influye sobre la brecha salarial. Las mujeres continúan siendo las que más excedencias cogen para cuidado familiar: 9 de cada 10 excedencias por este motivo corresponden a mujeres.
Un cuidado el de la familia que, si bien noble, no genera ingresos directos ni cotiza para el futuro.