Los rocieros de Moguer están de enhorabuena. Desde el pasado domingo sienten que se ha hecho justicia a una reivindicación histórica: la de cambiar el nombre de la calle donde su ubica su casa hermandad que siempre fue conocida como calle Moguer pero que durante un periodo de tiempo pasó a denominarse calle Carretas.
El cambio de nomenclatura ha sido posible gracias al tesón de una moguereña, Rocío Iglesias, que no cejó en su empeño hasta que el Ayuntamiento de Almonte aprobó en pleno el cambio de rotulación. De esta manera la calle vuelve a tomar como nombre oficial el que todos usaban tradicionalmente para referirse a esta vía que separa la ermita de la Casa Hermandad moguereña.
En el emotivo acto estuvieron presentes el alcalde de Almonte, José Antonio Domínguez Iglesias, el primer edil de Moguer, Gustavo Cuéllar, el presidente de la Hermandad Matriz, Juan Ignacio Reales y el presidente de la filial moguereña, Manuel Morales.
Como agradecimiento, la hermandad de Moguer hizo entrega al Ayuntamiento de Almonte de un cuadro conmemorativo. Asimismo, el grupo flamenco Orujo, dedicó unas sevillanas a este gran acontecimiento.
Finalmente, y tras la misa, se procedió a la inauguración de un azulejo de cerámica que reproduce íntegramente el capítulo XLVII de Platero y yo, ‘El Rocío’ que ya puede contemplarse en la fachada de la casa-hermandad.