Los trabajos de seguimiento de la avifauna que la Fundación Cepsa lleva a cabo en la Laguna Primera de Palos desde 2001, en colaboración con la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, han permitido detectar de nuevo la presencia de tres especies muy amenazadas. Se trata del Porrón pardo (Aythya nyroca), de la Focha moruna (Fulica cristata) y el Fumarel común (Chlidonias niger), todas ellas catalogadas en peligro crítico de extinción en Andalucía. Al Porrón pardo se la considera la anátida más amenazada de España. Sus poblaciones han disminuido mucho en las últimas décadas, y actualmente crían menos de 10 parejas. Esta especie, que nidificó en la Laguna Primera hasta 1993, y que mantuvo su presencia desde entonces, dejó de avistarse por primera vez en 2019, y en 2020 ha vuelto a ser censado durante el verano en grupos de hasta 5 ejemplares.
Por su parte, la Focha moruna es una de las especies de aves acuáticas más amenazadas de Europa. España alberga la única población europea estimándose entre 10 y 25 el número total de parejas reproductoras. La mayoría aparece en unos pocos humedales del oeste de Andalucía, en particular, en las marismas del Guadalquivir y en algunas lagunas gaditanas donde llega a reproducirse. En la Laguna Primera de Palos ha sido frecuente hasta el año 2009, aunque desde entonces su presencia ha sido muy escasa, apareciendo en raras ocasiones. Tras tres años sin ser avistada, en el año 2020 pudo ser de nuevo observada, si bien un solo ejemplar durante la primavera.
Ambas especies comparten la necesidad de humedales con presencia de aguas libres y relativamente profundas con abundante vegetación, tanto palustre como sumergida. La mayor parte de la dieta la constituye la vegetación del fondo pero también incluye multitud de invertebrados como lombrices, moluscos, insectos e, incluso, pequeños renacuajos. El empeoramiento de la calidad del agua por exceso de fertilizantes y la presencia de especies exóticas, como la carpa, están entre las principales causas de la disminución de las poblaciones de estas dos aves.
También es noticia la observación del fumarel común. Se trata de una golondrina de mar que en España resulta muy escasa, donde se estima que actualmente hay unas 40 parejas reproductoras. Su distribución es irregular y se centra principalmente en las marismas del Guadalquivir, lagunas manchegas y delta del Ebro. Es una especie migradora que tiene sus “cuarteles de invierno” en la costa occidental de África
subsahariana. La Laguna Primera de Palos constituye un importante núcleo de biodiversidad en la costa onubense. Al grupo de especies mencionadas hay que añadirle la presencia constante de la Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides), especie también catalogada como en “Peligro crítico de extinción”. Durante el 2020 fueron observadas en este espacio natural un total de 35 especies de aves con algún grado de amenaza.
La Laguna Primera de Palos
La Laguna Primera de Palos se encuentra incluida en la Red de Espacios Protegidos de la Junta de Andalucía con la figura de Paraje Natural, y desde 2005 tiene categoría RAMSAR (Convenio para la conservación de Humedales de Importancia Internacional). La Laguna se ubica prácticamente en terrenos propiedad de Cepsa, que en el año 2000 colaboró con la Junta de Andalucía en labores de restauración de un espacio natural definido por la Ley para Espacios Protegidos. Este espacio es referente de diversidad biológica y recuperación de especies vulnerables en España. Desde su restauración,
Cepsa y su Fundación han realizado continuos trabajos de investigación, mantenimiento y uso público. Era la primera vez que en España una compañía energética participaba en una iniciativa como esta y apostaba por la recuperación y rehabilitación de un espacio natural liderando políticas de respeto al medioambiente, compromiso con el entorno, promoción de la educación y cultura ambientales y sostenibilidad del negocio.