De nuevo, el martes tras Pentecostés, aun con el sueño de la Virgen por las calles de la aldea, la Hermandad Matriz ha dedicado la misa a la Guardia Civil. Una cita que se ha convertido en tradición y que, año tras año, sirve de lazo final a la romería del Rocío.
Los mayores cargos de este cuerpo de seguridad se han dado encuentro en el santuario en una misa en honor a su esfuerzo realizado durante las fiestas. Junto a ellos, compañeros de profesión y familiares, así como autoridades del gobierno que han alabado el trabajo por conseguir mantener la aldea sin incidentes.
También ha habido lugar a galardones personales: una medalla de la Hermandad Matriz a profesionales de diferentes categorías, que les permitirá lucirlas en años posteriores.
Un evento emotivo que los profesionales de la Guardia Civil han agradecido y cuyo momento, sin duda, más espectacular es siempre el cante del himno del cuerpo.