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Los rocieros de Bonares realizaron este fin de semana su peregrinación extraordinaria de invierno a la aldea. Una cita que contó con una gran afluencia de vecinos de la localidad, así como de miembros de otras hermandades que estuvieron invitadas a la misa ante la Blanca Paloma y a la jornada de convivencia que vivieron a continuación.
Una peregrinación que coincide cada año con el Día de Manos Unidas por lo que además de la tradicional ofrenda de flores, la Hermandad de Bonares realiza una ofrenda de alimentos para esta organización.
En torno a las diez y media de la mañana, los peregrinos iniciaron su recorrido hacia la ermita, donde celebrarían la misa a las once de la mañana. Una cita en la que estuvieron acompañados por un gran número de vecinos de Bonares.
A esta peregrinación acudieron también representantes de las hermandades que realizan el camino de Bonares, como Rociana, Villarrasa, Valverde, Trigueros y Lucena, así como la madrina de la filial rociera, Huelva, y su ahijada, Marbella. A ellas se sumaron otras hermandades como San Juan, Gibraleón e Isla Cristina, que acompañaron a la hermana mayor de la romería de este año.
Tras la celebración de la misa, los asistentes pudieron disfrutar de una jornada de convivencia en la Casa Hermandad de Bonares en la aldea almonteña.
