La Universidad Internacional de Andalucía ha reducido su huella de carbono un 43%, principalmente por un menor consumo de energía. Este dato se extrae de un diagnóstico de sostenibilidad, con el que la institución ha querido analizar la situación de sus cuatro sedes (Baeza, La Rábida, Málaga y Sevilla), y que supone la base para un plan integral de gestión medioambiental que verá la luz el próximo año.
El documento, fruto de una auditoría externa, ha analizado tanto el cumplimiento de los requisitos fijados por ley, como las recomendaciones planteadas por otras entidades de referencia (CRUE Universidades, GreenMetrics). En este sentido, los resultados han puesto en evidencia “una línea base muy sólida para los requisitos del modelo de gestión ambiental”.
En el último ejercicio, tanto el consumo de luz como de agua ha descendido de manera significativa. Un resultado derivado de la mejora de las instalaciones y del impacto de la pandemia sobre la actividad, tanto docente como de las dos residencias universitarias. La gestión de residuos ha recibido, de igual forma, una valoración favorable, tanto los no peligrosos (papel y cartón, principalmente) como para los que sí lo son.
Líneas de trabajo
Carmen Pozo, vicerrectora de Calidad, Igualdad y Responsabilidad Social, ha señalado que el diagnóstico “es un ejercicio necesario, que nos permitirá dar un paso más en nuestro compromiso con el entorno”. Así, la responsable del área de sostenibilidad ha apuntado a la “voluntad de la UNIA de ir más allá de los mínimos fijados por la norma, asumiendo con ello nuevos y mayores retos en la gestión ambiental desde nuestra vocación como motor de transformación social”.
Sobre ello, el nuevo Plan de Gestión de la Sostenibilidad Ambiental servirá para articular las acciones y compromisos orientado a reducir el impacto sobre el entorno. “Una fórmula que permitirá poner orden e institucionalizar la dirección y seguimiento de todas las medidas que tomarán el testigo de las políticas que, durante casi tres lustros, la Internacional de Andalucía viene aplicando” ha señalado.
Entre las líneas de trabajo a abordar en los próximos años están el desarrollo de indicadores, orientados a facilitar el seguimiento y la toma de decisiones sobre la sostenibilidad, la progresiva reducción de la huella de carbono, la mejora en la optimización de consumo de agua y luz, o la sensibilización ambiental dentro de la comunidad universitaria.