La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, ante «la necesidad» de preservar los recursos del litoral y una actividad profesional de la que dependen en torno a 600 familias en la provincia de Huelva, recuerda a los veraneantes y aficionados que el marisqueo es un oficio profesional acogido a un sistema legal de regulación y control sanitario.
En consecuencia, ha explicado la Junta de Andalucía en un comunicado, toda extracción que se salga de estos límites es ilegal y está sujeta a sanciones que pueden ser de carácter grave e, incluso, muy grave si se desarrolla en una zona de producción cerrada por motivos sanitarios. Las multas oscilan entre los 301 y los 60.000 euros en el primer caso y entre los 60.001 y los 300.000 euros en el segundo.
La delegada territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Josefa González Bayo, ha hecho un llamamiento, en este sentido, a la responsabilidad y la sensibilidad de la población para que evite la captura de coquina y otros bivalvos en las playas onubenses, en la medida en que «entraña un doble peligro», uno para la sostenibilidad de los caladeros y el empleo que genera el sector y otro para la salud.
En este punto, González Bayo invita también a la ciudadanía a eludir la compra de bivalvos que no alcanzan la talla mínima legal y a adquirir sólo productos etiquetados que cumplan la línea de trazabilidad.
La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural mantiene en estos momentos cerradas por la presencia de la biotoxina DSP las zonas de producción del río Guadiana, Isla Canela, la Barra del Terrón, la Desembocadura del Piedras, Punta Umbría y Mazagón. En ninguno de estos puntos está permitida, por tanto, la captura y comercialización de especies como las almejas babosa, chocha, fina y japonesa, el berberecho, el busano, la cañaílla, la chirla, la clica, la coquina, el longueirón, la navaja-muergo, el ostión o el pirulo, ya que su ingesta conllevaría riesgos para la salud.
Sí está permitido faenar, en cambio, «aunque sólo para profesionales con licencia», como ha remarcado la delegada territorial, en las aguas de las Marismas del Guadiana-Carreras, el río Carreras, las Marismas del Piedras, Matalascañas y la Zona Marítima de Doñana. En estos enclaves cuenta «con luz verde» la captura y comercialización de las almejas babosa, chocha y japonesa, el busano, el longueirón y la navaja-muergo.
No ocurre lo mismo con otras especies como la almeja fina, el berberecho, la cañaílla, la chirla, la coquina, el ostión y el pirulo, inmersas en estos instantes en sus periodos anuales de veda.
Desde la Consejería se ha aclarado, en esta línea, que el cierre preventivo de los caladeros cuando se detectan valores superiores a los establecidos legalmente se enmarca dentro del Programa de Control y Seguimiento de las Condiciones Sanitarias en las Zonas de Producción de moluscos bivalvos, gasterópodos y equinodermos del litoral andaluz.
El objetivo, en palabras de González, no es otro que la protección de la salud pública y garantizar la calidad sanitaria de los productos pesqueros. Algo a lo que hay que sumar, ha insistido, que el marisqueo sin licencia está prohibido en cualquier momento e implica fuertes multas. Sólo en el año 2014 se abrieron hasta 765 expedientes sancionadores por estos motivos en Huelva.