La Matriz hace un balance muy positivo del Rocío Chico

La Hermandad Matriz de Almonte ha hecho un balance muy positivo de los cultos celebrados en estos días con motivo del Rocío Chico, esta fiesta que conmemora el voto de acción de gracias de Almonte hacia su patrona por su intercesión en los hechos ocurridos en 1810.

Una fiesta más propia del pueblo que está viviendo por segundo año consecutivo en su interior, al prolongarse la estancia de la Virgen debido a la pandemia.

La propia Matriz entiende que son días de alegría, pero ello no debe inhibir la responsabilidad y evitar el “exceso de jolgorio” que pueda provocar un problema de salud pública. Así lo ha manifestado el presidente, Santiago Padilla, aunque manifiesta que, lógicamente, son días de emoción y júbilo para todo el pueblo de Almonte y para todos los rocieros.

Ha destacado sobremanera la indumentaria que ha lucido la Blanca Paloma en estos días, dejándonos una estampa clásica, por la que es reconocida en todo el mundo, además de las bambalinas del centenario de la coronación, estrenadas en la procesión de 2018, y que por primera vez ha llevado en Almonte.

La Matriz y el mundo rociero confían en que este haya sido el segundo y último Rocío Chico obligado por las circunstancias en Almonte, y que el próximo sea de nuevo en el lugar habitual de esta celebración: el santuario de la aldea, donde anhelan su regreso.