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El final del verano llega para todos y las prisas y la rutina volverán a ocupar los largos días del invierno. Y los niños, aunque todavía pequeños e inmaduros, sufren como los adultos el final de sus días de libertad. La vuelta al cole es difícil también para ellos.
No resulta nada fácil el cambio del ocio por el trabajo. Todo ello implica el cambio de horarios y hábitos provocando la frustración y la ansiedad del niño. Pero para minimizar los comportamientos negativos, los padres deben de utilizar la motivación como principal recurso.
Iniciar poco a poco el cambio de rutina días antes de la vuelta al cole, favorecerá la mejor adaptación de los pequeños. Acostarse pronto o realizar algunas tareas, son la mejor forma de ir concienciando a los niños.
A los padres nos les queda otro remedio que adaptarse y volver a su lugar de trabajo, siempre siguiendo estos consejos, para que nuestros hijos, vuelvan al cole de la mejor manera posible.
