La conocida vacuna contra el bacilo Calmette-Guerin, o BCG, que se ha utilizado principalmente contra la tuberculosis, se está administrando a los trabajadores de la salud en Melbourne por su potencial para proteger a los humanos contra el coronavirus, según informa El Economista.
Cabe recordar, además, que su utilidad es amplia, ya que también se emplea como tratamiento de inmunoterapia contra el cáncer al estimular la respuesta inmunológica contra las células cancerígenas.
En concreto, es el tratamiento que se utiliza para el cáncer de vejiga en etapa temprana, pero también se administra en primer término contra en enfermedades infecciosas.
Por ello, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se espera conocer a la mayor brevedad de tiempo si esta vacuna puede reducir la enfermedad en las personas afectadas por el coronavirus.
Mientras tanto, un grupo de investigación ha comenzado a utilizar la vacuna entre unas 4.000 personas que forman parte del personal sanitario de Melbourne, Australia.
Este posible arma contra el Covid-19, según dicho diario, ofrece grandes ventajas respecto a otras investigaciones en caso de que finalmente se confirme su funcionamiento, ya que se trata de una vacuna barata y que ya se usa en alrededor de 130 millones de niños recién nacidos al año.