La vista oral por el rapto y asesinato de la bebé de 16 meses de La Palma de Condado Míriam Cuerda en diciembre de 2012 en Almería y por la que el único acusado, Jonathan Moya, se enfrenta a una petición fiscal de 26 años de cárcel, se celebrará a partir del día 16 de noviembre en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería.
El juicio, con tribunal de jurado, arrancará el 16 de noviembre con la constitución del jurado popular y la declaración de Moya González, en prisión provisional por esta causa desde que fuese detenido por los agentes de la Guardia Civil en el interior de un cortijo familiar ubicado entre los términos municipales de Fiñana y Abrucena.
El calendario de sesiones fija para el día 17, a las 9:30 horas, la testifical de la madre de la pequeña, Gema Cuerda, quien mantuvo una relación sentimental con el procesado, y de Raúl R.F., quien estuvo imputado en la causa por presunto encubrimiento si bien el juez instructor decretó el sobreseimiento para él a instancias de la Fiscalía.
Las testificales continuarán a lo largo de esa jornada y el día 18 mientras que para el día 19 está prevista la práctica de las pruebas pericial y documental. El trámite de informes y conclusiones se ha señalado para el día 20 y el objeto de veredicto será entregado por el tribunal, que presidirá el magistrado Luis Durbán, a los miembros del jurado el día 24.
La Fiscalía va a solicitar penas que suman 26 años de prisión, que la acusación particular eleva a 29 años, para Jonathan Moya, quien presuntamente golpeó a la menor con «gran fuerza y en repetidas ocasiones» con un objeto contundente en la cabeza para «hacerla callar porque lloraba» y a quien envolvió cuando «estaba todavía con vida» en film transparente, provocando su muerte por asfixia.
El procesado, quien tiene varias condenas en firme por delitos contra el patrimonio y un sumario abierto por un presunta agresión sexual a la madre de la pequeña, introdujo supuestamente a continuación el cuerpo sin vida de Míriam en una bolsa de viaje, «junto a su ropita y 15 piedras», para después «arrojarla a una balsa de riego tras anudarle por fuera un bloque de cemento de grandes dimensiones» con el que se «aseguraba» de esta forma de que el cadáver «no saldría a flote», según indica el escrito.
Recoge que Moya González tuvo retenida a la pequeña con vida desde el 20 al 24 de diciembre de 2012 en el interior del cortijo familiar donde se «escondió» tras raptarla y abandonar a su madre, con quien había mantenido una relación sentimental, «en un paraje deshabitado» de Fiñana (Almería) y que lo hizo pese a «los intentos reiterados de los agentes de la autoridad y los desesperados de la familia de la niña para que la entregase».