El próximo 15 de noviembre arranca de forma oficial la 45 edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. Es la fecha que marca la celebración del evento cultural más importante que acoge la provincia de Huelva. A poco más de un mes para el inicio de la muestra existe entre las Instituciones públicas que conforman el Patronato del Festival una cierta sensación de que internamente falta más “pulso” para configurar las actividades que un festival de cine necesita para hacerse más visible.
El Festival de Huelva salva con nota la capacidad para atraer cintas y títulos de la producción que se hace en Iberoamérica. Pero la asignatura pendiente sigue siendo su visión global e internacional.
Es cierto que Huelva no cuenta con un presupuesto mínimo a la altura de lo que que exige cualquier festival para programar actos paralelos a las secciones y proyecciones oficiales con capacidad para concentrar la atención de medios de comunicación y del propio sector.
Pero también hay voces dentro del Patronato que consideran que es necesario más imaginación, ideas o contactos para superar dificultades de presupuesto. Admiten que son evidentes, pero no pueden seguir siendo siempre la excusa para no crecer y motivar que los ingresos, por ejemplo vía aportaciones de empresas privadas, aumenten.
Algunos miembros del patronato creen que el Festival se encuentra en una etapa donde se ha interiorizado que no se puede hacer más de lo que se hace. Hablan de una “bunkerización” que provoca que no haya canales de comunicación fluidos entre el equipo de organización y los miembros del Patronato, más allá de las reuniones oficiales convocadas.
Tampoco ayuda la situación interna que vive la estructura de organización sobre la que se asienta el Festival de Cine Iberoamericano. El propio director, Manuel H. Martin, ya ha comentado a su equipo de confianza que este puede ser su último año al frente de la muestra.
Su deseo es volver a la primera línea de la producción y dirección cinematográfica. No se le ve cómodo, pese a lo mucho que aporta la experiencia de dirigir un festival de cine. En su etapa ha tenido que asumir el desgaste que supone arreglar los no pocos problemas de liquidez y pagos que han afectado incluso a las nóminas del personal.
Además desde hace unos meses los gastos corrientes y de personal del Festival de Cine han aumentado con la reincorporación de Berta Centeno, que ha vuelto a su puesto de trabajo dentro de la muestra tras renunciar el pasado mes de abril a seguir siendo la viceportavoz del grupo del PP en el Ayuntamiento de Huelva. En los presupuestos del 2019 no estaba previsto este gasto de personal.
Berta Centeno era la secretaria general de la Fundación del Festival de Cine Iberoamericano hasta que fue fichada por el PP para ir en la última lista electoral que elaboró Pedro Rodríguez en 2015.
Cuando se marchó del Festival su puesto no fue cubierto para ahorrar costes de personal. Sus funciones fueron asumidas por una de las trabajadoras técnicas de la organización del Festival.
Pero el regreso de Berta Centeno no solo ha supuesto más gasto de personal. También ha implicado serias diferencias internas dentro del equipo de trabajo del Festival. Su intención, lógica por otra parte, era ocupar sus anteriores competencias como secretaria general.
De hecho en el comunicado que hizo público cuando decidió no ir en las listas del PP en la cita de las municipales del pasado mes de mayo aseguró aseguró que volvía “a un trabajo que le encanta, que no es otro que el de regresar como secretaria general de la Fundación Cultural del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva”.
Sin embargo, Berta Centeno se ha encontrado con una situación muy diferente, prácticamente relegada a trabajos técnicos muy alejados de su perfil profesional, capacitación y salario. Ni le han dejado desempeñar sus anteriores funciones, ni le han permitido ocupar el despacho destinado a su cargo, donde sí sigue trabajando su sustituta. La situación ha generado un clima interno de evidente incomodidad ya que nadie esperaba este cambio de papeles y funciones. En el Patronato la situación mantiene a sus miembros de uno y otro partido político en alerta, ya que están en juego muchos condicionantes.
Todas estas circunstancias han devuelto al Festival las dudas que periódicamente se instalan en el seno de esta organización y que los miembros del patronato intentan gestionar. Menos mal que 45 años de historia son el mejor argumento para seguir confiando en el futuro de la muestra.