Dicen que la tradición se va heredando de generación en generación.
Muchos incluso piensa que también la fe se inculca desde la cuna.
Raices de cultura y devoción que toman más auge en días como los que ha sabido dibujar la Aldea del Rocío, con la presentación de los niños a la Blanca Paloma.
Una jornada muy emocionante que se enmarca dentro de la celebración de la Candelaria, una cita marcada en rojo en el calendario que cada familia espera con mimo y que convierte a los pequeños en protagonistas de este día.
Así, más de 8500 pequeños rocieros han pasado esta mañana por el manto de la Virgen. Niños y niñas desde edades muy tempranas.
Una algarabía de sentimientos que han cabalgado también por la aldea y que conseguía emocionar a familias enteras.
Una bendición que protagoniza la cantera rociera y que certifica que el relevo generacional en El Rocío es un hecho.
En definitiva, días para el recuerdo y fotografiás que quedaran para siempre en casa. Un tesoro que en Huelva y en Almonte se cuida al detalle y se mantiene con la misma ilusión de siempre para seguir viviendo a pleno pulmón la jornada más familiar al lado de la Virgen del Rocío.