La captura y comercialización de la coquina y la chirla, así como del resto de bivalvos, está permitida en estos momentos en la práctica totalidad del caladero de Huelva después de que la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural haya autorizado también una actividad de la que dependen alrededor de 600 familias de la provincia en las aguas Punta Umbría y del espacio marítimo de Doñana. La decisión se ha tomado después de que los continuos análisis que realiza el Laboratorio de Control de Calidad de los Recursos Pesqueros de Cartaya hayan constatado la desaparición, en el primer caso, de la bacteria E. Coli y, en el segundo, de la biotoxina DSP en los ejemplares de todos los bivalvos que habitan estos puntos del litoral onubense y, por consiguiente, la ausencia de riesgos para la salud por su consumo.
Con esta medida, el sector de la coquina ve ampliadas sus posibilidades extractivas hasta seis de los siete puntos de la geografía onubense en los que se captura. En concreto, los profesionales con licencia dedicados a este bivalvo de especial interés comercial para la economía de la provincia pueden desarrollar su actividad en estos instantes en las aguas de Isla Canela, la Barra del Terrón, la Desembocadura del Piedras, Punta Umbría, Mazagón y la zona Marítima de Doñana. Tan sólo no pueden hacerlo en las aguas de Matalascañas a causa de la biotoxina DSP.
Con mayor margen de maniobra cuentan aun los mariscadores de la chirla, que disponen de vía libre a día de hoy para faenar en los seis puntos del caladero onubense en los que se extrae: Isla Canela, la Barra del Terrón, Punta Umbría, Mazagón y el espacio marítimo de Doñana, así como en Matalascañas, donde esta especie, según los análisis específicos, sí está libre de la biotoxina DSP. La captura y comercialización del resto de bivalvos de este último lugar volverá a recibir la luz verde en cuanto se certifique que su ingesta tampoco entraña peligro alguno.
Junto a estos enclaves, también está permitido el marisqueo en las zonas de producción del río Guadiana, las Marismas del Guadiana-Carreras, el río Carreras, las Marismas del Piedras e Isla Cristina. Unos puntos en los que se pueden extraer desde las almejas babosa, fina y japonesa hasta el berberecho, el busano, la cañaílla, la clica, el longueirón, la navaja-muergo o el pirulo (no el ostión, que está en época de veda), así como, en el último caso, el mejillón, que cuenta con autorización para su captura y comercialización desde el pasado 11 de enero.
La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural recuerda, en este sentido, que el cierre preventivo de los caladeros cuando se detectan valores superiores a los establecidos legalmente se enmarca dentro del Programa de Control y Seguimiento de las Condiciones Sanitarias en las Zonas de Producción de moluscos bivalvos, gasterópodos y equinodermos del litoral andaluz. El objetivo es la protección de la salud pública y garantizar la calidad sanitaria de los productos pesqueros.
En la misma línea, desde este departamento de la Junta de Andalucía se incide en que el marisqueo sin licencia está prohibido en cualquier momento y conlleva una sanción de carácter “grave”, calificación que en el caso de que la actividad se desarrolle en una zona de producción cerrada por motivos sanitarios se eleva a “muy grave”. Las sanciones por el incumplimiento de estas prohibiciones pueden oscilar entre los 301 y los 60.000 euros para las personas que capturen moluscos bivalvos sin autorización (sanciones graves) y entre los 60.001 y los 300.000 euros para quienes desarrollen esta actividad en un caladero cerrado por la presencia de toxinas (sanción muy grave).