El monasterio de Santa Clara acogió el viernes un acto de reconocimiento a la profesora, escritora y gran defensora de la cultura y las tradiciones moguereñas, Rosario Paniagua, fallecida el pasado año.
El alcalde de Gustavo Cuéllar encabezó la representación del Ayuntamiento de Moguer que asistió al acto de homenaje en el que muchos de sus paisan@s recordaron la figura de esta gran mujer que tuvo siempre presente a su pueblo a lo largo de toda su vida, y que desarrolló una dilatada trayectoria personal y profesional en la que tenemos que destacar su amor por la cultura, por la enseñanza, y su compromiso personal con los más necesitados.
La hermana de la homenajeada, Araceli Paniagua, asistió también al acto y agradeció emocionada las muestras de cariño hacia Rosario, una moguereña verdaderamente ejemplar a la que su pueblo recordó con emoción y respeto.
Rosario Paniagua Fernández
Profesora de Literatura, escritora y enamorada de las tradiciones y devociones de Moguer, Rosario Paniagua hizo gala siempre de una cercanía y humanidad que le valieron el cariño y la admiración de sus paisanos, que rindieron el viernes un merecido homenaje a esta mujer de corazón noble que tanto quiso a su pueblo, a sus gentes, a sus poetas….
Como creadora del grupo Platero en Madrid, no sólo coordinó e impulsó infinidad de actividades en torno a Moguer, Platero y Juan Ramón, sino que fue el alma que conectaba a tantos moguereños y moguereñas lejos de su pueblo natal.
A lo largo de los años mantuvo siempre viva la llama de su amor por su ciudad con decenas de colaboraciones literarias en la revista MonteMayor, la mayoría junto a su hermana Araceli. La figura y la obra de Juan Ramón fueron fuente de inspiración para muchos de sus artículos, pero también lo fueron la devoción a la Virgen de Montemayor, su admiración por el poeta Curro Garfias del que fue amiga personal, o la figura de la Hermana Brígida que Rosario puso en valor acercándonos con una deliciosa publicación la enorme valía de esta monja clarisa.
Profesora en la Universidad de Comillas, Rosario desarrolló una fructífera carrera docente tanto en el ámbito de la literatura como en el del trabajo social, contando en su haber con infinidad de reseñas y publicaciones en revistas de todo tipo. La experiencia personal que vivió con sus padres la llevó a volcar sus inquietudes hacia la problemática de la atención geriátrica, un ámbito en el que llegó a convertirse en una gran especialista por sus conocimientos, su generosidad hacia los demás y su compromiso permanente con la salud y la integridad de nuestros mayores.
Además de las tres obras que publicó en solitario, entre sus trabajos editoriales cuenta con una decena más de participaciones en libros colectivos junto a otros profesionales, tanto sobre aspectos de la atención geriátrica como sobre trabajo social, dos cuestiones sobre las que Rosario estaba considerada una de las máximas autoridades.
El monasterio de Santa Clara organizó el homenaje a esta ilustre moguereña cuya trayectoria vital estuvo marcada por su generosidad con los demás, su valía profesional y su amor incondicional a Moguer, una ciudad que siempre estará en deuda con quien tanto aportó a su cultura y su sociedad.