La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, busca allanar el terreno en su regreso a Andalucía para medirse con Juanma Moreno en las próximas elecciones autonómicas.
La ministra socialista acumula ya dos años con los Presupuestos Generales prorrogados (por entonces, Podemos formaba parte del Gobierno); ni siquiera han llegado a presentarse por la falta de acuerdos del Gobierno con sus socios de investidura. Ahora acelera y garantiza que llevará al Congreso las cuentas de 2026 —un trámite que la Constitución obliga a cumplir—. Otra cuestión será si logra reunir los apoyos necesarios para sacarlas adelante.
De haber acuerdo, no saldrá gratis. El ejecutivo ha acostumbrado a ceder a las pretensiones de los nacionalistas vascos y catalanes, pero el impulso de la financiación singular para Cataluña no ha convencido a Esquerra y ya opta por pactar una nueva cesión con Pedro Sánchez.
Mientras, en el PP dudan de la compatibilidad de los cargos de Montero. La también líder de los socialistas andaluces lo tiene claro: dejará el Gobierno una vez sean convocadas las elecciones, decisión que depende, directamente, del presidente andaluz, Juanma Moreno.