Las calles vacías, a plena luz del día. Una imagen extraña, inusual, que en Niebla se ha vuelto costumbre en las últimas semanas.
Sus vecinos cumplen el confinamiento y permanecen en sus hogares durante la cuarentena. La distancia social es la mejor forma de frenar el contagio del COVID-19 y los iliplenses lo saben.
Pero quedarse en casa no es sinónimo de aburrirse. Mayores y pequeños se entretienen y disfrutan de este tiempo distinto, más pausado, con un tempo diferente.
Practicando habilidades, perfeccionando la destreza con la guitarra y con el canto para mandar un mensaje a sus vecinos.
Reviviendo recuerdos y momentos especiales en esta Semana Santa, como Íker y Dario, con su particular levantá.
Porque juntos somos más fuertes. Porque ellos se quedan en casa. Y nosotros también.