El alcalde de Moguer Gustavo Cuéllar y el director de la casa-museo Antonio Ramírez, han inaugurado esta muestra fotográfica que recoge decenas de momentos de los días 5 y 6 de junio de 1958, cuando nuestra ciudad se convirtió en el epicentro de la actualidad nacional, no en vano, acababa de llegar a España el cuerpo de un premio Nobel de Literatura.
La llegada de los féretros de Juan Ramón y Zenobia a Moguer y su posterior entierro en el blanco cementerio donde reposa la ilustre pareja fue por tanto un acontecimiento cultural y social verdaderamente multitudinario, que 63 años después recordamos a través de las imágenes que de aquellos días se conservan en el fondo de Aquilino Duque.
Este poeta, crítico literario y ensayista, con una dilatada trayectoria jalonada de reconocimientos, se confesó siempre admirador de Juan Ramón y mantuvo con él una relación epistolar que relata en su obra “Mis Tangencias con J. Ramón Jiménez”.
“Yo empecé a escribir poesía a los 13 años imitando a Espronceda” afirmaba Duque “a los 14 a Bécquer, y poco después a Rubén Darío, pero a partir de los 18, Juan Ramón llegó a mí y se convirtió en el poeta maestro y admirado al que todos queríamos seguir”.
Esta relación de amistad y admiración por el Nobel ha hecho que Aquilino Duque conservase esta colección de fotografías que hoy se han presentado en la casa-museo, en la que podemos ver cómo todo un pueblo se echó a la calle para rendir homenaje a su ilustre paisano, y cómo acudieron a Moguer las más ilustres personalidades culturales y literarias del momento.
La muestra, que ha sido comisariada por la técnica del Centro de Estudios Juanramonianos, Teresa Rodríguez, puede visitarse en la sala de exposiciones de la casa-museo hasta el próximo 4 de julio.