En 2017 nació en Aznalcázar (Sevilla) el lince Ombú, en pleno corazón del Espacio Natural de Doñana. Hijo de ‘Lupa’ y hermano de ‘Orchis’, este macho se ha hecho fuerte en su pueblo de nacimiento. Desde que el estado de alarma nos tiene en ‘arresto domiciliario’, Ombú ha ido asentándose en la zona y ampliando su territorio por Aznalcázar. Está aprovechando el confinamiento para extender su reino.
Muy cerca del centro urbano de la localidad sevillana, se ubica la sede de la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía (ESPA). En una finca de 12 hectáreas sembrada de pinos piñoneros. Allí se forman policías locales, bomberos y voluntarios de Protección Civil. La actividad en estas instalaciones es frenética: primera hora de instrucción, horas de defensa personal y prácticas de tiro… Desde la declaración de estado de alarma, la escuela está desierta. Y demasiado tranquila.
Ombú no ha perdido el tiempo. En estos más de cuarenta días de inactividad ha incluido la ESPA en su zona de confort. Así lo cuentan los vigilantes de seguridad de la escuela que, en estos días, han podido grabar al felino pasearse por las instalaciones e incluso tirarse a dormitar en las escalinatas de la puerta de entrada.
Pronto volverá la actividad en la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía. Las técnicas de lucha, las mañas de detención y el silbido de las balas y el frío metálico de las armas de las prácticas de tiro. Entonces, Ombú volverá a perderse entre los pinos de Aznalcázar, a ser uno más de los emblemáticos felinos de Andalucía que se buscan la vida para desprenderse de la etiqueta de ‘en peligro de extinción’.
Pronto llegará la ‘nueva normalidad’ al Espacio Natural de Doñana, pero Ombú siempre será el rey lince de la ESPA.