La Junta de Andalucía ha elaborado un protocolo y una guía para la prevención del riesgo de conductas suicidas y autolesiones del alumnado con la que se indica y acompaña a los centros educativos en la elaboración de una propuesta de prevención, protección e intervención para situaciones de riesgo o evidencia de conductas suicidas y autolesiones.
Esta medida, coordinada entre las consejerías de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, de Salud y Consumo, e Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, ha abordado la planificación de acciones de prevención y el protocolo a desarrollar para la elaboración de planes individualizados de prevención, protección e intervención tras la detección de alguna situación de riesgo, de menor o mayor gravedad, relacionada con el comportamiento suicida y de las autolesiones.
El protocolo ha sido presentado esta mañana en una sesión informativa, a la que han asistido el delegado de Desarrollo Educativo y FP, Carlos Soriano, y la delegada de Salud y Consumo, Manuela Caro, además de la jefa de servicio de Prevención y Apoyo Familiar, Fátima Mariscal, miembros de la inspección educativa, del Equipo Técnico Provincial para la Orientación Educativa y Profesional, así como la coordinadora de las enfermeras de referencia y docentes de las aulas hospitalarias.
Para el delegado de Desarrollo Educativo y FP, Carlos Soriano, “el papel del centro educativo ha de enfocarse en la sensibilización del conjunto de la comunidad educativa, la detección temprana para la activación inmediata del protocolo pertinente y, en el caso de que la situación así lo requiera, la derivación a los servicios de salud”. Por lo tanto, según estas premisas, “la prevención de conductas suicidas y autolesiones en el alumnado requiere de la actuación conjunta de las distintas administraciones, así que se precisa también de formaciones específicas en este ámbito para todos los profesionales que va a ser responsable de la activación y ejecución del protocolo que hoy se explica en estas jornadas”, ha remarcado.
Para la delegada de Salud, Manuela Caro, “según la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es la segunda causa principal de muerte entre los 15-29 años en todo el mundo, registrándose más de 800.000 muertes por suicidio al año. Concretamente, en España, cada día 10 personas se quitan la vida, por lo que el suicidio es la primera causa de muerte no natural, superando a los accidentes de tráfico”. “Por este motivo, es crucial que las diferentes consejerías hayan aunado sus fuerzas para colaborar y sumar profesionales que permitan concienciar y sensibilizar sobre este tema”, ha concluido.
Según el presente protocolo, las situaciones que deben activar las actuaciones programadas son varias: comunicación de la familia al centro educativo para alertar sobre situación de riesgo del alumnado; la comunicación al profesorado, equipo de orientación o equipo directivo por parte de los compañeros de clase sobre posibles conductas de este tipo; la observación por parte de cualquier profesional de la enseñanza o miembro de la comunidad docente de algún signo que evidencie una situación personal que pueda desembocar en un intento de autolesión o suicidio; o la propia verbalización explícita del alumnado de estar pensando en acometerlo.
En el supuesto de que el discente haya tenido un intento autolítico previo, se requiere del seguimiento y la activación de acciones específicas por parte de los docentes y del resto de la comunidad educativa.
Los directores son cruciales en la activación del presente protocolo, ya que son ellos los que, después de las situaciones antes descritas, proceden a la apertura inmediata del mismo, con el consiguiente conocimiento de la inspección educativa, y constituyen “un equipo de acompañamiento” formado, entre otros, por el responsable de la orientación educativa, la Coordinación de Bienestar, el tutor o tutora del grupo clase, y la enfermería de referencia que sirve de enlace con los servicios de salud.
Del mismo modo, habrá constituida una Comisión Provincial de Asesoramiento y Coordinación en cada delegación de Desarrollo Educativo y FP de Andalucía, con agentes como miembros de inspección educativa, del Gabinete de Convivencia, del Equipo Técnico Provincial para la Orientación Educativa y Profesional, de la delegación de Salud, y de la de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad.
Los ponentes de la presente jornada (Cinta Calañas, Pino Álvarez y Matilde Arazo) han subrayado la importancia de conocer los teléfonos de emergencia y han enumerado las medidas que pueden llevar a cabo los centros educativos, entre las que cobran relevancia la ubicación de los espacios usados por el alumnado en cuestión, para evitar riesgos como ventanas, escaleras, utensilios autolesivos, etc. Igualmente, han recalcado el beneficio de la cercanía de docentes y compañeros especialmente formados y sensibilizados en este tipo de conductas.
Por último, el seguimiento personalizado es crucial, ya que así se detectan faltas injustificadas de asistencia al centro, comunicándolas inmediatamente a la familia o tutores legales. En cuanto al profesorado y los equipos directivos, la formación específica en este ámbito es indispensable para poder realizar el seguimiento de este alumnado, así como las entrevistas individuales, el enlace con las familias y con los profesionales de otras administraciones.
El próximo 31 de enero está programada la misma sesión informativa para los directores de la zona de la sierra de la provincia onubense y los coordinadores de bienestar. Hasta el momento, la delegación territorial de Desarrollo Educativo y FP ha organizado una jornada informativa para inspección al respecto de este protocolo el pasado 12 de enero; otra destinada a los coordinadores de bienestar sobre coordinación de bienestar y protección del alumnado en centros docentes, que comenzó en noviembre y concluye en este mes de enero; una tercera sobre suicidios, señales de alerta y protocolo de actuación para los docentes, prevista para febrero.