Rociana ha vivido una jornada en la que los disfraces, la música y la diversión en general han sido protagonistas de excepción.
Conocido popularmente como el Día de la Piñata, los rocianeros y rocianeras se han disfrazado y se han echado a la calle para celebrar su fiesta del carnaval. Una tradición que, a pesar de no estar muy arraigada en el municipio, se ha ganado un lugar privilegiado entre las celebraciones de Rociana. Y es que, una vez más, los vecinos de la localidad condal, han demostrado lo participativos que son y el apoyo que siempre muestran ante cualquier iniciativa puesta en marcha por su Equipo de Gobierno.
Después de la piñata’, tradición que se ha recuperado después de una temporada sin celebrarse, tuvo lugar el desfile o pasacalle en el que la música, los juegos y los bailes impregnaron las calles del pueblo. Todo ello, amenizado por la charanga La Mula.
Como colofón, el domingo tuvo lugar el singular ‘Entierro del Conejo’. Una jornada en la que los protagonistas son los niños. A modo de procesión, los más pequeños portaron la figura de este animal por un itinerario que finalizó en el recinto ferial.
De esta forma, se culminaban los tres días de Carnaval. A pesar de celebrarse algo más tarde de lo habitual, eso no ha sido óbice para que esta fiesta reluciera de igual forma en el municipio.