Ropa, utensilios domésticos y complementos de todo tipo se pudieron ayer intercambiar en la segunda edición del Mercadillo del Trueque. Un mercadillo donde la moneda de cambio no son los euros sino los objetos. Así lo que para unos ha dejado de ser útil, para otros se convierte en algo de valor.
La razón de ser de esta iniciativa es promover el reciclaje y la reutilización de objetos en aras a la conservación del medio ambiente. De ahí que surgiera como una de las actividades dentro de la semana de educación ambiental que se celebró el pasado mes de junio. Y dado el éxito que tuvo la primera edición, la concejalía de Medio Ambiente decidió organizarlo ayer por segunda vez, con un balance más que positivo.
Esta edición, además, ha tenido un claro carácter solidario, ya que además de los enseres para intercambiar, cualquier vecino podía adquirir los productos expuestos a cambio de comida no perecedera.
Asimismo, la concejal de medio Ambiente anunció que este mercadillo del trueque tendrá futuras ediciones, aumentando su periodicidad, puesto que cada vez es más demandado por los ciudadanos y éstos conocen su dinámica y su razón de ser.