La formación, el compromiso y la solidaridad de unos 30 voluntarios y voluntarias de Cruz Roja, la colaboración del Ayuntamiento de Cartaya y el patrocinio del Ayuntamiento de Huelva son la energía que mueve la maquinaria del programa ‘Un baño sin barreras’, que de nuevo este año pretende cumplir el gran reto de que muchas personas con movilidad reducida puedan disfrutar de la playa.
En el programa se han adscrito diversas asociaciones, además de numerosas personas particulares que contactan directamente con Cruz Roja durante estos meses, con una afluencia tal que el pasado año, las previsiones iniciales eran de algo más de 100 personas y se superaron las 300.
Los voluntarios y voluntarias prestan un servicio integral, que incluye la recogida de las personas usuarias y sus acompañantes en su domicilio, previa llamada a la ONG, y en la sede de las asociaciones adscritas, así como el transporte hasta la playa, donde les ayudan a bañarse, gracias a dos vehículos anfibios denominados anfibuggy, al tiempo que hacen posible que pasen una jornada de convivencia y diversión en las carpas habilitadas para el disfrute de cada jornada.