Eucaliptos, juncias, eneas y romeros, entre otras muchas plantas, han vestido Hinojos durante el fin de semana. Con motivo de la festividad del Corpus, el casco urbano se ha convertido en un bosque, que bien podría pasar por ser el de un cuento de hadas. Y es que esta celebración supone una de las más importantes de Hinojos.
Altares, simpecados y una alfombra de serrín han sido los complementos decorativos ideales a la parcela floral. Otro ejemplo más de que los hinojeros se vuelcan para que su municipio luzca perfecto en cualquier celebración que se preste.
La Sagrada Custodia salía de la parroquia en torno a las 11 de la mañana para recorrer las calles del pueblo bajo un sol de justicia. Después de la procesión, propios y extraños pasaron a la parte más lúdica de esta fiesta. Puertas abiertas y, a comer, beber y bailar. Eso sí, como universal, la hospitalidad de los vecinos. Una característica que sorprendió mucho a todos los que visitaron ayer Hinojos.
Como fin de fiesta, los niños, que empezaron siendo protagonistas del Corpus, volvieron a ser foco de todas las miradas con la actuación infantil ‘Abracadabra’.
Un broche de oro para una fiesta en tramitación de ser declarada de Interés Cultural. Por eso, teniendo en cuenta su impacto y magnitud, a buen seguro que será poseedora de esta distinción muy pronto.