Cuando despunta la primavera, Almonte pone su mirada en Ella.
La Romería está a la vuelta de la esquina. En solo 33 días, El Rocío volverá a vivir esta imagen.
El fervor, la intensidad y la devoción del Lunes de Pentecostés coronan la Plaza Virgen del Rocío almonteña, con la instalación de un mural que anuncia lo que está por llegar.
Esta fotografía de la procesión de la Virgen del Rocío, obra de Antonio Ramos, simboliza, con el juego de colores la importancia de la Blanca Paloma para su pueblo. La multitud, en blanco y negro, se rinde a Ella, único punto de color de esta espectacular estampa. Así como cada Lunes de Pentecostés Ella es el centro del mundo rociero.
Almonte descuenta así los días para volver a encontrarse con la Virgen del Rocío y disfrutar de una Romería sello de la tradición y la devoción de todo un pueblo.